PAISAJES REALES E IMAGINARIOS
La modernidad europea inaugura el cuadro como ventana.
Un dispositivo que simula la extensión de la vista más allá de los bordes de la imagen, del marco que recorta la ficción.
Estela Flores Acosta Invita a proyecta la mirada más allá del marco de esa cotidianeidad a través de sus paisajes.
Paisajes reales e imaginarios (pero en ambos casos verdaderos) que dan cuenta de una dualidad platónica del Mundo. Ambivalencia que pivotea entre la realidad en tanto vedul objetiva y realidad psíquica en canto percepción subjetiva.
La horizontalidad de sus composiciones casi siempre se ve interrumpida por la soledad de un árbol, símbolo de la fuerza vital que emerge de la tierra, que rompe cualquier regla compositiva academicista que la artista pretendiera seguir.
«Elegí el titulo de esta muestra porque siempre me da placer contemplar en el cielo a las nubes viajeras, de cambiantes formas y colores irrepetibles, ellas tiñen el paisaje y se reflejan en el agua.» (Estela Flores Acosta)
Rostros que se asoman en el celaje dejan entrever un tímido surrealismo. Pero ¿qué es el surrealismo sino la mirada sub-real del Mundo? Aquí es donde surge la posibilidad de una ventana al Cosmos, abertura cuyo milagro es posible gracias a la ficción artística. En este sentido, la artista (al igual que el filósofo) es la sacerdotisa mediadora que propone “el mejor de sus mundos posibles”.
Estela, alta conocedora de los mundos de la psiche, nos ofrece una ventana al suyo, lleno de luz, color y pura subjetividad.
Manuel Augusto Martínez Domínguez (texto de sala)
«Intento retener la luz, el color y el movimiento de esas variaciones de los efectos atmosféricos de la pasajeras bellezas naturales.» (Estela Flores Acosta)
«Busco dar una impresión de vastedad, de paz que se logra observando lo pintado. Deseo que el que observe lo complete según su sensibilidad personal, sin tener en cuenta lo objetivo, porque la pintura es imaginación.»
Estela Flores Acosta
Noche de apertura
Curaduría
Félix Toranzos