Pinta, la más latinoamericana de las ferias de arte que tienen lugar en Miami en paralelo al Miami Art Week, reune del 30 de noviembre al 4 de diciembre a 48 galerías de 17 países en el hangar de la antigua compañía aérea PanAm Airways, en Coconut Grove.
Julia Isidrez (Osos hormigueros)
Artística-espacio de arte presenta parte de un proceso creativo que intenta reflejar la identidad del Paraguay a través de la selección de obras que interpretan el imaginario popular e indígena gracias al nuevo énfasis global en las culturas originarias y la necesidad de un trato más armónico con la Naturaleza.
Rafael Flores («Ñandues» – Tinta sobre papel)
Las obras seleccionadas, piezas de excelencia técnica, ya no están sometidas a debate, pues son leídas en clave de arte.
La imaginería mitológica originaria ha renovado la curiosidad y se ha insertado en el Arte contemporáneo para enriquecernos con ello.
Tres nociones atraviesan la selección de estas obras que, aun presentadas en aparente independencia, se encuentran enlazadas y se tornan complementarias: el tiempo, el espacio y la presencia humana en el paisaje.
Algunas de las obras manifiestan el interés del arte abstracto por la construcción del espacio, su relación con el cuerpo humano, el diálogo con investigaciones científicas, los conocimientos ancestrales sobre la naturaleza, la búsqueda de la espiritualidad y el fructífero intercambio con el diseño, la decoración y los objetos domésticos.
Otras, donde el medio ambiente está presente en su particular relación con el tiempo y la preservación, pretenden dar lugar a las derivas del paisaje y las marcas que el hombre deja en él, a través de un empleo inusual de los materiales: tierra, pigmentos minerales, fibras naturales utilizados como base de los tejidos, barro cocido con hojas de plantas nativas son piezas de cerámicas enlazadas a modo de osamenta, telas en torsión de cualidad humana.
Miradas en su conjunto, todas son una larga meditación de la mano y la vista sobre el origen de las formas, la variedad infinita de la materia, los dones de la naturaleza, y la imaginación del arte que los funde y los recrea.
Biografias
Julia Isidrez nació en 1967 en la ciudad de Ita, a 40 km de la ciudad de Asunción -Paraguay.
Aprendió el oficio desde temprano por ser hija de la reconocida ceramista Juana Marta Rodas(1925-2013), siguiendo la tradición de las artesanas guaraníes de transmisión de esa práctica de las madres a las hijas en forma profesional.
Conservando técnicas ancestrales, plasmando su imaginación y fundiendo sus manos en el barro negro, con intensa dedicación crea prolijas piezas de arte. Su técnica proviene de los guaraníes, la misma que usaban su madre y su bisabuela. «Consiste en usar rollitos de barro para ir formando las obras. La preparación del barro se realiza con los pies y con las manos se le da vida, empleando elementos para afinar el acabado como cucharas, utensilios de tacuara y palitos para la terminación de las piezas más pequeñas, el toque peculiar del color se obtiene gracias al humo que emerge de las hojas de mango, pasando por el horno a la temperatura a una temperatura ideal, el último paso al lustre final. La ceramista gano varios reconocimientos nacionales e internacionales y es marca País declarada por el Gobierno Nacional
En Ao. Proyecto Herbolario, se atraviesan las líneas de deforestación, territorio y productividad de forma más puntual. En 2016, durante una residencia en Puerto Casado, localidad del Chaco paraguayo que ha sufrido una historia de despojo y extractivismo, me fijé en el quebracho, especie arbórea muy ligada a la historia de la localidad. Empecé allí a trabajar envolviendo con telas previamente enjuagadas en el río Paraguay, maderas de un antiguo muelle; casi como si se tratara de una performance, abracé con lienzo cada una de estas maderas, testigos de esa historia. El registro que cada lienzo recogía me devolvió el rastro de ese material que había atravesado un siglo de despojo.
Ya en Asunción, empecé a trabajar otro territorio, el de la Mata Atlántica, toda la riqueza de su selva, cuyas ramificaciones llegan hasta el Paraguay y que son el fundamento de la cultura herbolaria guaraní que hemos heredado. Esta selva, cada año se ve reducida en su extensión debido a factores económicos propios del extractivismo que no piensa en políticas de mitigación o en acciones de reforestación. Asimismo, los gobiernos no han podido o no han querido, funcionales a esta forma de producción, hacer frente a los procesos de deforestación, en este punto ya irreversibles.
Munido con metros de lienzo y una escalera empecé el trabajo. Cada pieza de tela fue enjuagada, envuelta en un tronco y frotada con la misma tierra de la que el árbol nace y se alimenta. Me gusta pensar que en ese gesto puedo revertir simbólicamente un daño y al mismo tiempo generar una memoria de aquello que estamos perdiendo