Fotografías de Osvaldo Salerno
En el marco de la tercera edición de Pinta Sud Asu 2024, Artística – espacio de arte presenta la exposición individual de fotografías denominada «El retorno«, del artista OSVALDO SALERONO.
La misma cuenta con la curaduría de Javier Medina Verdolini y textos adicionales de Ticio Escobar.
Desde el 6 de agosto de 2024, con acceso libre y gratuido
Osvaldo Salerno cuando era niño, recuerda el regalo que recibió su hermana por sus 15 º años: una cámara fotográfica analógica. Osvaldo, fascinado por el dispositivo, en un descuido decidió usarlo y, enfocando a su padre, activó intuitivamente el disparador. Ese gesto afectivo y lúdico (imitar lo que hacen los adultos) le dejó un recuerdo perdurable, un fragmento de memoria. Este hecho constituyó su primer gesto fotográfico.
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En 2019, en la importante The photographer’s gallery de Londres en una muestra denominada Urban impulses, Latin american photography (1959-2016), Salerno presentó una serie de instantáneas realizadas en 1987. Me ganó la curiosidad por saber cómo este artista objetual, interesado en instalaciones, grabados y pinturas, había ingresado al particular y estrecho mundo de la fotografía. Las obras en cuestión eran unas fotos de 10 x 13 cm. que Salerno había tomado para resignificar en pinturas, según sus palabras, la gestualidad propia del expresionismo abstracto, con drippings y veladuras que habían caracterizado la obra de artistas americanos como Jackson Pollock y Franz Kline. Sin quererlo, había traspasado una puerta inimaginada, la del más puro y duro documentalismo en lo que podría ser considerado su segundo contacto con la fotografía.
La idea de aquellas tomas fotográficas, partió de instantáneas que, impresas sin mayores pretensiones profesionales, sirviesen de modelos para aquella serie de pinturas de 1987 denominada Contrasignos. Las copias, obtenidas de los negativos de una cámara básica, habían sido hechas en un laboratorio comercial. Con el paso de los años y el peso de la historia, tales copias se convirtieron en piezas de museo, imágenes auráticas de una época oscura de la historia paraguaya.
Osvaldo desplazó estas pequeñas fotografías y negativos a un nuevo contexto visual y expositivo apoyado por un equipo conformado por Alfredo Quiroz, que lo animó a digitalizar y mostrar estas imágenes; Javier Toledo, que realizó los ajustes cromáticos digitales, y Fede Sanz, que devolvió a las imágenes la precisión objetiva del tratamiento análogo transferido a digital. Este desplazamiento promovió la construcción de un nuevo marco teórico orientado a definir el carácter del trabajo actual presentado en esta ocasión bajo el título El retorno.
Las imágenes valen por lo dicho y lo censurado en las paredes, dos actos que se conjugan para dejar constancia de aquel tiempo duro. No en vano, estas simples instantáneas, sin ninguna pretensión de que constituyeran un proyecto o una obra fueron redescubiertas por coleccionistas que supieron comprender en las fotos su valor histórico, del documento que develaban estos escritos donde los mensajes de afrentas políticas estaban prohibidos, convirtiéndose en un arma contra el silencio